Sumario: Correas, zapatos, botas, chalecos, chaquetas y hasta sombreros son algunos de los artículos que se encuentran en el mercado y que integran parte de una larga lista de productos, elaborados con piel animal. También el cuero es utilizado en la elaboración de artesanía, pero lo cierto es que durante el proceso que obligatoriamente debe ser desarrollado para su obtención se originan cargas residuales altamente contaminantes
La industria del cuero es una de las más señaladas, por parte de las organizaciones ecologistas del mundo, debido a su elevada capacidad contaminante y al significativo impacto ambiental que ocasiona, sobre todo cuando motiva la cacería indiscriminada de especies animales en peligro de extinción.
Por otro lado resulta innegable que al encontrarse vinculada con la actividad de producción de carne, el aprovechamiento de la piel como subproducto puede ser entendido como una contribución con el medio ambiente.
Sin embargo y aunque los elementos de mayor impacto surgen durante el proceso de curtición, se sabe que es posible minimizarlos en gran medida, a través de distintas precauciones, las cuales más que necesarias resultan de indispensable exigencia por parte de los organismos públicos encargados de la legislación ambiental de cada país.
Ignorancia ambiental
El caso de Latinoamérica causa una profunda sorpresa, debido a que en la mayoría de nuestros países prevalece la ignorancia en esta materia y la misma además ha imposibilitado la aplicación de sanciones contundentes a este tipo de empresas, cuando irrespetan las normas ambientales, así como de leyes y regulaciones más acordes con la realidad.
Los estudiosos aseguran que estas situaciones se presentan como resultado de las complejidades inmersas en la industria tenera, lo cual motiva que ocurran inspecciones ambientales deficientes y alejadas de las muestras verdaderamente representativas.
Residuos comunes
Entre los elementos que pueden ser ubicados como desperdicio en las tenerías se cuentan: sal de cromo, sal común, sulfuros, estiércol, sangre, pelo, pedazos de piel y carne, lo cual explica en cierto modo el ofensivo olor que este tipo de industrias genera.
El agua se hace parte de los numerosos residuos líquidos, a través de un abundante consumo de la misma, con la finalidad de lograr que arrastre consigo tanto hidróxido como hipoclorito de sodio, algunos agentes tenso activos y otras preparaciones enzimáticas.
Por otro lado el agua utilizada en estas industrias adquiere un cierto contenido de cal y sulfuro de sodio, así como ácidos orgánicos (sulfúrico, clorhídrico, láctico, fórmico y bórico, entre otros), sales de amonio, bisulfito de sodio, peróxido de hidrógeno, azúcares y melazas, e inclusive ácido sulfoftálico; solventes y agentes tenso activos.
Más desperdicios...
La industria del cuero también requiere del uso de solventes, a través de sus distintos procesos de producción y los mismos también terminan mezclados con el agua que será desperdiciada luego. Entre los más comunes se ubica el kerosén.
Debido a ello resulta indispensable establecer la disposición final de los desperdicios, puesto que de esta manera resulta posible prevenir y lograr una significativa disminución de la contaminación generada por la ya mencionada actividad.
Baja eficiencia
A través de la enorme cantidad de desperdicios que se originan con la elaboración de cueros, sería fácil imaginar que ello se traduce en una eficiencia y producción proporcional, aunque en realidad ocurre todo lo contrario.
Las cifras establecen que de cada 1000 kilogramos de piel vacuna, en estado salado, sólo es posible convertir en cuero el 26%. En cuanto al aprovechamiento del colágeno vale acotar que es solamente del 50%.
Es por ello que surge como una de las soluciones más pertinentes, a fin de minimizar el impacto ambiental que esta actividad produce, la reducción en la cantidad de residuos que se generan.
De esta manera disminuye igualmente la carga contaminante lanzada al ambiente, con lo cual se ve optimizado el proceso productivo y a su vez son generados mayores beneficios económicos a la industria.
¿Cómo lograrlo?
Las normas ejecutadas en países con una legislación bien clara en materia ambiental, tal como es el caso de Brasil, se orientan hacia la disminución de la carga contaminante a través de la utilización de productos que originan menor impacto y que a su vez favorecen la reducción de las concentraciones de amonio y sulfato.
En cuanto a los desperdicios sólidos, también fueron establecidos distintos métodos a través de los cuales se obtienen productos que pueden ser reutilizados, gracias al uso de filtros, así como de maquinaria automatizada.
Por otro lado también quedó establecida la necesidad de plantear un uso racional del agua, sobre todo para las operaciones de lavado, las cuales por lo general son realizadas de manera continua y como parte de la solución se plantea la reutilización del líquido.
Manejo inadecuado
El tema del impacto ambiental que resulta a través de un inadecuado manejo de desechos, así como de los inexistentes sistemas de control que los organismos públicos encargados de esta materia deben aplicar a las tenerías, resulta de sumo interés para la colectividad.
En muchas ocasiones este tipo de empresas se encuentran ubicadas en plenas zonas protectoras, o cercanas a zonas urbanas, con lo cual se ve seriamente resentido el nivel de vida de los ciudadanos en general.
Por lo general quienes habitan en las cercanías de este tipo de empresas se quejan a diario, debido a que los fétidos olores, naturalmente originados por su producción, llegan hasta sus hogares a cualquier hora del día o de la noche y sin importar la distancia.
Experiencia mejicana
La notable tradición artesanal en la elaboración de productos de piel, así como la disponibilidad de materia prima y mano de obra son los elementos que han favorecido el desarrollo de la industria del cuero en México, al punto de hallarse ubicado entre los diez mayores productores de pieles del mundo, al generar aproximadamente el 4% de la producción mundial.
Ello ha motivado la realización de distintos estudios orientados a verificar la magnitud del impacto ambiental que la actividad de producción del cuero provoca. Al respecto se pudo conocer que este se ha visto magnificado debido a que durante prolongados periodos de tiempo el manejo de los desechos ha resultado inadecuado.
Compromiso gubernamental
Los estudios realizados en el Río Turbio de Guanajuato, arrojaron que a raíz de su sobreexplotación en la industria del cuero, sus aguas se vieron seriamente afectadas. Ahora tanto los pobladores de la mencionada localidad como el gobierno han orientado sus esfuerzos hacia la restauración integral de su cuenca.
En este caso resalta la labor ejecutada por el Instituto Nacional de Ecología, el cual se encargó, en conjunto con los involucrados, un manual de procesos a través del cual se lograron resultados sorprendentes y muy positivos.
De este modo queda expuesta la responsabilidad del Estado, en cuanto a la obligación de promover la investigación, el desarrollo tecnológico y la realización de estudios orientados al manejo ambientalmente adecuado de los residuos peligrosos y no peligrosos.
Por su parte, resulta de suma importancia que cada una de las empresas cuyas actividades tienen implicaciones ambientales desarrolle un programa específico y bien orientado en cuanto al manejo de los residuos que ocasionan, en la necesidad de hacer del conocimiento público tanto la estrategia técnica seleccionada como sus compromisos.